Tomada de la AIN.
Amplios debates
suscitaron este sábado dos ponencias presentadas en el IX Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba
(UPEC,) sobre el periodismo que requiere el socialismo cubano en el escenario
mediático actual, y la prensa como sistema, profesionalidad y gestión de la
calidad.
En el Palacio de las Convenciones de La Habana, y en presencia de Miguel Díaz-Canel, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, las disertaciones de Rosa Miriam Elizalde y Raúl Garcés acerca de esos temas, motivaron intervenciones en busca de consensos.
Las ponencias se refieren a los desafíos del sector, que no solo son de
carácter material, sino también pasan por la responsabilidad de las fuentes y
de los propios periodistas en torno a la información.En el Palacio de las Convenciones de La Habana, y en presencia de Miguel Díaz-Canel, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, las disertaciones de Rosa Miriam Elizalde y Raúl Garcés acerca de esos temas, motivaron intervenciones en busca de consensos.
Elizalde, editora de Cubadebate, alertó de la convergencia de los medios de comunicación tradicionales con los nuevos medios sociales asociados a la Internet y la informática, lo cual complejiza el desempeño de los primeros, los obliga a actuar con inmediatez y cambiar su relación con los públicos heterogéneos.
Se pronunció por la participación efectiva y activa de la ciudadanía, una posibilidad potenciada por la existencia de los nuevos medios en Internet, que van desde un blog personal hasta un portal institucional.
Por su parte Raúl Garcés, periodista y profesor de la Facultad de Comunicación, subrayó que si el actual proceso de transformaciones económicas y sociales del país ha entrado en un periodo de mayor complejidad, se requiere crear las condiciones para que los periodistas cuenten historias con mayor complejidad, incluyendo las contradicciones de la sociedad.
Opinó que una Ley de Prensa dotaría de respaldo jurídico el desempeño de los trabajadores del ramo, sin embargo, hace falta crear una cultura de la información y de la transparencia, que ponga fin al secretismo por las fuentes, al negar estas el acceso a lo que pueblo merece y necesita conocer.
Por su parte, José Alejandro Rodríguez, del periódico Juventud Rebelde, afirmó que si hay un gremio leal a la Revolución es este, pero para enfrentar mejor los desafíos de la sociedad y cumplir lo que de él reclama la dirección del país, necesita zafarse de trabas u obstáculos que atentan contra su mejor desempeño.
Al calor de los debates, el reportero de la radio villaclareña Abel Falcón acotó que en nombre de la ansiada credibilidad de la prensa urge jerarquizar o tratar en los medios los problemas que más preocupan a la opinión pública, por muy escabrosos que sean.
Para el delegado matancero Josvany Albelo resulta preocupante el paso de algunos graduados de la carrera hacia otros sectores con mejores salarios y estímulos, y de que otros profesionales no quieran ocupar cargos en las redacciones, en las que también se necesita crear ambientes creativos y de trabajo adecuados.
Ana Teresa Badía, de Radio Rebelde, llamó a transformar el sistema de prensa en Cuba y opinó que lo primero es la lealtad al ciudadano común, ese que cada día necesita de más explicaciones, de argumentos sobre mundo que lo rodea.
Hay que ponderar la crítica, no la complaciente sino la que lleva al mejoramiento del entorno, hay que redefinir el papel de los medios como productores y reproductores de ideologías, manifestó la también profesora de la Facultad de Periodismo.
Defendió la necesidad de que la configuración de las agendas editoriales sea un acto de creación y fiesta colectiva entre profesionales, y criticó que muchas buenas noticias se quedan atrapadas en notas oficiales.
Omar George, de Cienfuegos, intervino para proponer que la prensa acompañe de manera más eficiente la lucha contra la corrupción.
Joel García, del periódico Trabajadores, opinó que las historias de vida son algo poco común en los medios, los protagonistas de la realidad son personas de carne y hueso, son padres, hijos, encabezan una familia pero poco se habla en la prensa de ellas, incluidos los principales dirigentes de la Revolución y ministros.
Se pronunció por ganar más en la cultura del debate, de reaccionar a la ofensiva y no a la defensiva en temas sensibles para la población.
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