sábado, 25 de mayo de 2013

Al César lo que es del César



Por/ José Dos Santos                       Tomada/  (Cubaperiodistas.cu)

Más que los 44 años de ejercicio profesional, los 25 como miembro del Comité Nacional de la Unión de Periodistas de Cuba me han hecho testigo de los sufrimientos que padece el sector ante las barreras que frenan –y a veces impiden- desempeñar su labor con la necesaria efectividad. 

Uno de ellas son las “fuentes” que, lejos de serlo como claro manantial de elementos que contribuyen a ilustrar, difundir e incluso educar, son una especie de cauce seco que lo único que brindan es el polvo de la reticencia, los argumentos sin contenido y hasta su mentirilla edulcorada. 

Ahora leo que mis colegas de Cienfuegos denuncian en su Congreso provincial “el poco acceso a la información en determinados sectores y la negativa de algunos directivos a explicar oportunamente los aspectos que preocupan al pueblo”.

Y les garantizo a quien se anima a leer estas líneas que no es la primera vez –y seguro no será la última- que en TODO el país, a TODOS los niveles, esa ha sido una espina clavada en nuestro periodismo contemporáneo contra la que hemos arremetido y que ha contado con el respaldo de las principales autoridades, desde el Comandante en Jefe que nos acompañó en Congresos y Plenos hasta los documentos emitidos por las máximas instancias del país. 

Pero nada ha pasado ni pasa cuando esas indicaciones son ignoradas, soslayadas y hasta negadas de hecho bajo uno u otro argumento o excusa. 

Cierto que el que se equivoca por hablar podría buscarse los líos por los que no pasa el que calla lo que tendía que decir para bien del público. 

Nadie pide que “la fuente” divulgue asuntos de alta política, confidenciales ni que aporte conocimiento nocivo a nuestros intereses, los cuales podrían ser utilizados por el enemigo, en sus diversas campañas. 

Para cumplir el deber de informar y formar que tiene el periodismo en Cuba, no es permisible el silencio que empaña incluso esa misma misión ante los ojos de su principal destinatario: la ciudadanía, y también para aquellos que piden conocernos mas para ayudarnos mejor. 

El día que a una negativa de una fuente o una respuesta para salir del paso que irrespeta al informador y a su usuario respondamos con “así como me dice lo escribiré” podremos quitarnos algo de la a veces justificada crítica que nos hacen a los periodistas aquellos que tienen el derecho a saber. 

Así contribuiremos a darle al “César” (el responsable) lo que se ha ganado con sus silencios y obstáculos.

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