Por/ José Dos Santos Tomada/ (Cubaperiodistas.cu)
Más que los 44 años de ejercicio profesional, los 25
como miembro del Comité Nacional de la
Unión de Periodistas de Cuba me han hecho testigo de los
sufrimientos que padece el sector ante las barreras que frenan –y a veces
impiden- desempeñar su labor con la necesaria efectividad.
Uno de ellas son las “fuentes” que, lejos de serlo
como claro manantial de elementos que contribuyen a ilustrar, difundir e
incluso educar, son una especie de cauce seco que lo único que brindan es el
polvo de la reticencia, los argumentos sin contenido y hasta su mentirilla
edulcorada.
Ahora leo que mis colegas de Cienfuegos denuncian en
su Congreso provincial “el poco acceso a la información en determinados
sectores y la negativa de algunos directivos a explicar oportunamente los
aspectos que preocupan al pueblo”.
Y les garantizo a quien se anima a leer estas líneas
que no es la primera vez –y seguro no será la última- que en TODO el país, a
TODOS los niveles, esa ha sido una espina clavada en nuestro periodismo
contemporáneo contra la que hemos arremetido y que ha contado con el respaldo
de las principales autoridades, desde el Comandante en Jefe que nos acompañó en
Congresos y Plenos hasta los documentos emitidos por las máximas instancias del
país.
Pero nada ha pasado ni pasa cuando esas indicaciones
son ignoradas, soslayadas y hasta negadas de hecho bajo uno u otro argumento o
excusa.
Cierto que el que se equivoca por hablar podría
buscarse los líos por los que no pasa el que calla lo que tendía que decir para
bien del público.
Nadie pide que “la fuente” divulgue asuntos de alta
política, confidenciales ni que aporte conocimiento nocivo a nuestros
intereses, los cuales podrían ser utilizados por el enemigo, en sus diversas
campañas.
Para cumplir el deber de informar y formar que tiene
el periodismo en Cuba, no es permisible el silencio que empaña incluso esa
misma misión ante los ojos de su principal destinatario: la ciudadanía, y
también para aquellos que piden conocernos mas para ayudarnos mejor.
El día que a una negativa de una fuente o una
respuesta para salir del paso que irrespeta al informador y a su usuario
respondamos con “así como me dice lo escribiré” podremos quitarnos algo de la a
veces justificada crítica que nos hacen a los periodistas aquellos que tienen
el derecho a saber.
Así contribuiremos a darle al “César” (el
responsable) lo que se ha ganado con sus silencios y obstáculos.
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