Por/ Roberto Ortiz del Toro
Este 17 de diciembre tuvo un significado especial para los habitantes
de Sagua de Tánamo, que conmemoraron el aniversario 55 de la toma de esa ciudad
por tropas del Ejército Rebelde pertenecientes al Segundo Frente Oriental
"Frank País".
Ante el
obelisco erigido a los combatientes caídos en aquella acción fue depositada una
ofrenda floral, y se realizó el acto político dedicado a la efeméride,
presidido por el General de División Antonio Enrique Lussón Battle,
vicepresidente del Consejo de Ministros y Héroe de la República de Cuba; Luis
Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) en
la provincia de Holguín, ambos integrantes de su Comité Central; y Sucel Téllez
Tamayo, presidenta de la
Asamblea Provincial del Poder Popular.
Destacados combatientes de aquella gesta recibieron la Distinción "El
Caballo de Troya", instituida por la Asamblea Municipal
del Poder Popular en Sagua de Tánamo, en reconocimiento a la valentía y el
sacrificio demostrados en los combates que culminaron con la liberación de esa
localidad, actual capital del denominado Plan Turquino en la provincia de
Holguín, territorio donde se desarrollan programas agropecuarios en las zonas montañosas.
La toma de Sagua de Tánamo se realizó por fuerzas combinadas de
las Columnas Rebeldes número 19 "José Tey" y 17 "Abel
Santamaría", dirigidas por los entonces Comandantes Belarmino Castilla Mas
y Antonio Enrique Lussón Battle, este último honrado con la mencionada
distinción entregada en nombre del pueblo sagüero.
Belarmino Castilla Mas, el Comandante Aníbal, envió una carta
leída en el acto al que no pudo asistir por motivos de salud, en la cual
expresó "a los familiares de los caídos nuestro abrazo solidario y al
pueblo sagüero seguir avanzando y apoyando firmemente a Fidel y a Raúl, a
nuestro Partido y a nuestra Revolución".
Dagoberto González Claro, primer secretario del Comité municipal
del Partido Comunista de Cuba en Sagua de Tánamo, ratificó en las palabras
centrales de la conmemoración el compromiso ante los héroes y mártires de la
toma de esa localidad, de ser fieles a su ejemplo y continuar avanzando por la
senda marcada por la sangre derramada para conquistar el triunfo de enero de
1959.
En este acto se hizo patente una vez más la prédica martiana que
señala que ningún mártir muere en vano, ninguna idea se pierde en el ondular de
los vientos, la alejan o la acercan, pero siempre queda la memoria de verla
pasar.
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