Por/ María Esther Pupo H.
Imposible no
recordar a Pablo Velazco Mir, el decano de los periodistas en Moa, durante esta
Jornada por el Día de la
Prensa Cubana, con el dolor de haberlo perdido, en septiembre
de 2011.
¡Cuánto hizo por
esa profesión ejercida por él en el rigor de la vida, cuánto participó, cuánto
creó, cuánto fundó..! Hasta la delegación de la Unión de Periodistas de Cuba
en La Voz del
Níquel, de la cual fue su primer presidente.
En tierras
santiagueras, donde había nacido, contactó con la Radio y las Comunicaciones
por vez primera, para llevarlas consigo a lo largo de su vida. Allá también se
incorporó al Movimiento 26 de julio, y con la clandestinidad, marchó luego a
Bayamo. Cumplió entonces la misión de llevar a la Sierra una planta
trasmisora para Radio Rebelde.
Después del Triunfo
de la Revolución,
por el Ejército, Pablo Velazco Mir vino a atender las comunicaciones desde
Baracoa hasta el municipio “Frank País”, y a la postre, se quedó en Moa para
hacerse cargo del transmisor del cerro de Miraflores y de la telefonía.
En territorio
minero metalúrgico, este hombre alto y delgado, de sencillez extrema y agudeza
en sus criterios, se adentró en la fábrica niquelífera Comandante Pedro Sotto
Alba, donde además de dirigir las Comunicaciones fundó el periódico El Níquel,
organizó a sus corresponsales, lo dirigió y ejerció la profesión, incluyendo la
crítica, durante años.
Al fundarse la CMKV, emisora municipal en
Moa, trabajó también como periodista,
realizador y transitó por varios programas, haciendo búsqueda diaria de la
información, ejerciendo el periodismo crítico e
incursionando mucho en los temas históricos, con los cuales nos acompañó
en la radio hasta el final de sus días.
De Velazco
sorprendía su capacidad para la lectura, su prodigiosa memoria, su sagacidad
para investigar y la pasión por escribir acerca de personas y sucesos de este
territorio del Este de Holguín. Aunque pasaba los 80 años, no dejó nunca de
crear, y de ayudar con sus conocimientos a todo aquel que lo necesitaba:
estudiantes, profesores, periodistas, investigadores...
Además de sus
incontables trabajos periodísticos, Velazco hizo la compilación de las
efemérides de la localidad, y las más notables de Cuba y el mundo, al igual que
el texto Apuntes para la
Historia de Moa, el cual refleja cada una de las etapas
vividas en tierras moenses desde la llegada de Colón hasta entrado el siglo
XXI.
En
la introducción del texto Velazco escribió: “Desde que se comenzaron a impartir
conocimientos de historia de la localidad a los niños de las escuelas primarias
en Moa, se vio la necesidad de confeccionar un texto en el que los profesores
se pudieran apoyar para cumplir ese objetivo.
Estos
Apuntes para la Historia
de Moa, tratan de llenar un vacío.
Y se ha podido lograr gracias a la paciente labor de investigadores,
profesores, historiadores y otros estudiosos que desde hace algunos años
trabajan en la preparación de ponencias, estudios y otros textos relacionados
con este tema.
La
labor no ha sido fácil, porque siendo Moa un municipio fundado hace sólo menos
de 40 años, carece de archivos, aunque en busca de información nos apoyamos en
los archivos de los museos de Historia de Baracoa, Sagua de Tánamo, Moa y otros
textos”.
La obra de Pablo
Velazco Mir se vio coronada por premios; fueron tantos, que no podría
mencionarlos; recibió hasta el hacha de Holguín, la distinción más alta que
entrega la Asamblea
del Poder Popular en esta provincia. Pero apuesto que su mérito mayor es haber
dejado una impronta de talla mayor en el Periodismo y en la Historia de Moa,
municipio minero metalúrgico del norte oriental de Cuba.
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