Por/ Roberto Ortiz del Toro
Las riquezas naturales
de sitios montañosos como La
Melba, Las Merceditas y las exclusivas del Parque Nacional
Alejandro de Humboldt, son fuertes motivaciones para el posible desarrollo del
turismo ecológico en Moa, municipio minero-metalúrgico por excelencia en Cuba.
Tal posibilidad en esa
región, ubicada a unos 200
kilómetros al Este de Holguín, en el oriente de la Isla, es real por la
existencia allí de 100 locales de la otrora Empresa del Cromo, que son
susceptibles de convertir en habitaciones de turistas en medio de un abrupto
relieve y paisaje típico de las montañas.
Una perspectiva así no
solo es importante para Moa, sino también Holguín, el tercer polo turístico de
Cuba y tiene en cuenta igualmente la factibilidad de crear un paquete de
ofertas a los vacacionistas que pasean en catamaranes por la Bahía de Nipe en Antilla.
Incluso, la cercanía
de Baracoa, la primera ciudad cubana fundada hace 500 años por el comendador
español Diego Velásquez, es un aval para la idea del turismo en serranías de
Moa, ubicadas frente a un corredor marítimo que enlaza a América del Sur con
América del Norte.
En esas estribaciones,
marcadas por atractivos paisajísticos, se refugia la biodiversidad del Parque
Nacional Alejandro de Humboldt, que comparten las provincias de Guantánamo y
Holguín, ambas en la zona oriental del archipiélago.
Precisamente, la
existencia en el lomerío moense del almiquí, fósil viviente de la fauna
nacional, constituye un incentivo para estudiosos cubanos y extranjeros, tal
como sucede con los interesados en el catey, la cotorra y otras especies
igualmente singulares.
La propia carretera
que enlaza a Moa con Baracoa, bordeando la costa atlántica de Cuba, es un
acicate para estimular los estudios preliminares en cuestión, pues esa vía
facilitaría el acceso de los excursionistas.
Aunque no se le
reconocen valores para el turismo, la extracción del mineral laterítico en Moa
es a cielo abierto, a diferencia de la minería del cromo que se hacía en
túneles subterráneos, únicos en la nación pero inactivos ya a pesar de no
agotarse los yacimientos.
La minería del níquel
descubre la tierra rojiza en contraste con el verde de la vegetación, en tanto
los equipos de laboreo se mueven cual si fueran un ejército de hormigas.
De tal modo, la zona
incluida en el Macizo Sagua-Moa-Baracoa tiene valores agregados a las reservas
minerales, explotadas durante décadas en el municipio con la población más
joven de Cuba.
La del turismo
ecológico en montañas de Moa es una proyección viable a todas luces; así lo veo
y así lo creo, no solo porque visité al lugar, también por quedarme fuertemente
impactado por su belleza.
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