Las mujeres se multiplican en la industria niquelífera cubana

Por/ María E. Pupo H.                                mesther@cmkv.icrt.cu

Mujer gruera de la Pedro Sotto

La iniciadora del empleo femenino en la Industria del Níquel en Moa, municipio minero metalúrgico ubicado a unos 180 kilómetros al Este de Holguín, fue la Empresa Comandante Pedro Sotto Alba, que en julio cumplirá 54 años como protagonista de aquel “Girón tecnológico” propinado por quienes la echaron a andar, con la guía del Che Guevara.

Comenzaron a abrir el camino siempre ascendente que ha recorrido la mujer desde entonces, las ya jubiladas: Elsa Amieiro, Emelia Ulloa Cisneros, Adela Triana, María Caridad Suárez e Isis Cantillo Alba, quienes en una época de tabúes y escasa práctica del trabajo empresarial para féminas, se desempeñaron en tareas de oficinas.

Sin embargo, pronto demostraron cuán fuerte y abarcador puede ser el empuje de la trabajadora, multiplicándose en aquellas hazañas protagonizadas por el pueblo en aquel entonces: enfrentar la crisis de octubre, ir a diversas movilizaciones agrícolas y laborar miles de horas voluntarias para el mejoramiento de su fábrica y de Moa, que a inicios de los años 60 era apenas un poblado minero, llamado a transformarse con la Revolución.

Al pasar de los años, ellas se multiplicaron en número y calificación en esa eficiente planta productora, a partir de aquellas primeras jóvenes formadas con las opciones de superación que se abrieron, técnicas en Química Industrial que llegaron –por ejemplo- de Villa Clara y Santiago de Cuba, a mediados de 1962.

Ellas demostraron que se podían desempeñar con soltura en tareas antes insospechadas para  el sexo femenino, superándose en medio de los retos de cada día, aportando con su quehacer como especialistas, técnicas, ingenieras en plantas, talleres, dirigiendo colectivos, y operando pesados equipos en las minas, donde por ejemplo, María Pereira, se las arregla bien con la retroexcavadora que alimenta de mineral los grandes camiones.

En esa gran escuela, en la primera fábrica de níquel de Moa, muchas se prepararon para después prestar sus servicios en empresas del Grupo CubaNíquel, donde hoy están empleadas más de tres mil mujeres;  otras, se formaron con las grandes posibilidades de estudio brindadas por la Revolución, hasta el punto en que pasan de 800 las universitarias y de 600 las graduadas como técnico medio. Además, ya constituyen cerca del 50 por ciento de la fuerza laboral en empresas como la de Ingeniería y Proyectos del Níquel (CEPRONIQUEL) y la de Servicios de la Unión del Níquel “Comandante Camilo Cienfuegos” (ESUNI), que posee la mayor cantidad de trabajadoras en el sector.

Mujer dirigente en CubaNíquel

Con las posibilidades de desarrollo que se  abrieron después de 1959 en esta zona minera, antes olvidada y apetecida sólo por sus riquezas lateríticas y forestales,  la participación de la mujer en la economía y la sociedad se multiplicó, quedando atrás también los prejuicios de raza y sexo que en otras épocas le negaban su espacio.

En los últimos años muchas mujeres han sido directivas con éxito, y actualmente son directoras de empresas: Yunumi Cruz, de la de Servicios de Computación, Comunicaciones y Electrónica del Níquel (SERCONI); Sivia Arisa Borges, del Centro de Investigaciones y Desarrollo del Níquel (CEDINIQ); mientras, Vivian Rodríguez Gordín, se desempeña como directora general del Grupo Empresarial CubaNíquel, donde integran un cohesionado equipo de trabajo, además,  la especialista Sarah Teruel Carralero; Arelis Torres García, al frente del Despacho de Producción; y María Caridad Linares, de Recursos Humanos.

Otras, como Mariela Martínez Peña, a fuerza de sacrificio, preparación y valor, cambiaron su inicial trabajo como el de auxiliar de limpieza por el de operadora de grúas viajeras, haciendo maniobras a lo largo de un turno a 10 metros de altura, en los talleres de la Empresa Mecánica del Níquel, donde también hace más de 20 años Siria Maresma quiso dejar de ser secretaria para enrollar motores eléctricos.