jueves, 8 de octubre de 2015

El Che en los recuerdos de viejos mineros del níquel y el cromo


Por/ María Esther Pupo

Desde la primera visita del Che Guevara -como Ministro de Industrias-  a Moa, municipio productor de cromo, níquel y cobalto, en el nordeste de Holguín, se hizo un lazo eterno entre él y los mineros de esta tierra que guardan sus recuerdos y acciones como un tesoro.

El 26 de mayo de 1961 vio junto al Comandante Raúl Castro Ruz, y ambos eran acompañados por sus esposas, Aleida March y Vilma Espín, según escritos de quien fuera Historiador de la Ciudad, Pablo Velazco Mir. 

En la entonces mina de cromo de Cayo Guam (actualmente cerrada), penetró en uno de sus túneles subterráneos. Posteriormente, compartieron un almuerzo en una humilde fonda del lugar.  En esa oportunidad, el Guerrillero Heroico se percató de las difíciles condiciones en que vivían los trabajadores de las minas de cromo, expresando la necesidad de construir viviendas decorosas para ellos. 

En la fábrica de sulfuro mixto de níquel y cobalto Comandante Pedro Sotto Alba se entrevistó con el personal técnico que echaría a andar su aquella compleja maquinaria industrial, algo que la mayoría creía imposible, luego de marcharse los funcionarios norteamericanos que la operaban y llevarse los planos. 

Sin embargo, el Che confió en aquellos hombres, a quienes alentó cada vez que estuvo en  Moa, comenzando por el propio ingeniero Demetrio Presilla López, quien afirmó en una entrevista a Luis Báez que nunca le negó su apoyo, sabiendo que  él “no era socialista ni comunista, pero convencido de que era un hombre honesto”. 

De su primer encuentro con  el Che, a finales de MIL 960, Presilla cuenta en el libro Los que se quedaron que cuando él le planteó: para qué se iba a echar a andar la planta de Moa, cuando teníamos en los almacenes 400 MIL toneladas de níquel sin  valor, entonces le dijo: “Ingeniero, vamos a hacer un  compromiso. Usted me echa a andar la planta y yo me encargo de vender el níquel.” 

También la memoria de Manuel Galbán Sopeña, otro legendario trabajador del Níquel, mantiene vivos los momentos que estuvo junto al Che, y que marcaron el rumbo de su vida. 

Rememora que en enero de 1961, en la fábrica de Nicaro, la “Comandante René Ramos Latour”, estaba impartiendo clases de procesos y balance metalúrgico a un grupo de compañeros, cuando vieron llegar en un jeep al Che. El joven Ministro de Industrias los saludó, haciendo algunas preguntas,  para luego despedirse diciendo “sigan así”. 

Días después de aquel encuentro, cuenta Galbán, llegó a Nicaro un compañero del Ministerio que venía con una tarea encomendada por el Che: entrevistar a algunos de los técnicos que habían trabajado en la Planta de Moa y con él para que fuera a cooperar a ese territorio. 

En aquel momento Galbán tenía otros planes como continuar la carrera de Medicina, pero este suceso lo convenció de ir a Moa, en febrero de 1961conoció la fábrica y se dio cuenta de que era completamente diferente a la de Nicaro, un gran reto al cual debía unir su suerte, y así lo hizo, en un principio, organizando el proceso de la contabilidad metalúrgica en la “Pedro Sotto Alba”, transitando luego por las más diversas responsabilidades hasta hoy  que ha llegado a sus más de 80 años sin marcharse de Moa. 

Los instantes que vivió el Guerrillero Heroico, entonces Ministro de Industrias en esta tierra roja del noreste de Holguín, se han multiplicado en los recuerdos de su gente, en anécdotas que pasan de una generación a otra, y que cada año pueden ser escuchadas en el Evento sobre Pensamiento Guevariano, organizado por la segunda fábrica de níquel de Moa, la que lleva su nombre.

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