lunes, 7 de marzo de 2016

El Judo por siempre. Yurisleidis Lupetey Cobas


Por/ Calixto González Betancourt    

Londres-2012 marcó el final competitivo de su triunfal y espinoso andar, pero este jueves, la judoca de los 57 kilogramos, Yurisleidis Lupetey Cobas tuvo el adiós oficial en su tierra holguinera, a la que tanto prestigió.


Faltaban pocas horas para la ceremonia de la despedida, cuando encontré a Lupetey. Como siempre, con sus expresiones muy sinceras que no medita para decirlas, me replicó a la tal vez inadecuada observación, de que estaba algo pasada de peso: “Claro, si no estoy ahora haciendo nada y descansaré más porque espero un bebé”.

Yurisleidis comparte su vida con el luchador Gilberto Pikey y cuando dejó de competir, junto a un año de desentrenamiento, se dedicó por un tiempo a entrenar judocas juveniles: “ Fue una bonita experiencia, que retomaré después de la maternidad, pues este deporte es lo mío, el judo por siempre”.

Al recorrer en recuerdos su trayectoria, remarcó: “Mi camino estuvo matizado por grandes y tristes acontecimientos, sueños realizados y frustrados. Mi mejor etapa, posterior a los éxitos juveniles, fue la de 2000 a 2003, con aquel máximo momento del título mundial en Munich-2001”, año en que también se coronó en las Universiadas de Beijing, entre varios oros en diversas lides.

“Más tarde llegaron los sinsabores, con las lesiones e injustas decisiones de los jueces. Ocho veces pasé por el quirófano para arreglar uno de mis codos o rodillas. Siempre luché; los entrenadores te dan las herramientas, pero al final decide la judoca, más si lo haces con amor. 

Muchas veces combatí lesionada, con dolor. En el 2003, con una costilla rota, faja apretada, sin respirar bien fui a las Universiadas (bronce) y con ese mal, y una pierna casi tiesa (problema en el tendón rotular) lidié en el Mundial de ese año en Osaka (bronce)”, cuando fui víctima del primer gran despojo que no me permitió llegar a disputar el título, sin embargo; me concedieron el premio de Juego Limpio.

Ese año (2003), lo inicié como un tren, con todo oro en la gira europea, hasta los Juegos Panamericanos de Santo Domingo, donde combatí lesionada, aguanté el dolor hasta llegar al oro. Era que no tenía en esos tiempos una sustituta en mi peso que pudiera garantizar altos resultados.”

A pesar de tantos percances se adjudicó el bronce olímpico en Atenas-2004, y para que se recuperara de las dolencias tuvo descanso por siete meses en 2007, por lo cual no fue a los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro. “En el 2008 estaba muy bien, recuperada, con mi pretensión de oro olímpico, entonces ocurrió otro increíble veredicto injusto que no me hizo posible avanzar.

Resultó la más penosa decepción y dije que no seguía, pero el entrenador Veitía, muy persuasivo, me convenció para que continuara. Ronaldo ha sido el artífice de nuestros triunfo; como han dicho otras, es como un padre. Fui la Capitana de su escuadra por muchos años”.

Después de Beijing, la Lupe siguió con su hidalguía cosechando triunfos en todos los continentes, en Copas del Mundo y en los Juegos Panamericanos de Guadalajara-2011.
“Me siento feliz de que la despedida sea en la provincia que me vio nacer y me hizo judoca, a la que pertenece mi querido y natal Moa, que es todo para mí. Allí tengo a lo más querido”.

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