Tomada de la AIN.
EE.UU. e Israel quedaron aislados en la defensa de esa política de Washington, que ha causado daños económicos a la Isla calculados en un billón 157 mil 327 millones de dólares -según datos recientes- e invaluables daños humanos, durante más de 50 años.
Palau, que en 2012 había votado en contra del texto, se abstuvo en esta ocasión, junto a Islas Marshall y Micronesia.
Desde que se sometió a votación por primera vez, en 1992, la Resolución “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos de América contra Cuba”, ha recibido un categórico respaldo del planeta. Incluso, han apoyado el documento más de 180 naciones en los últimos nueve años.
El ilegal cerco de Washington, impuesto en 1962, se ha visto recrudecido y ampliado con leyes extraterritoriales, y constituye una violación flagrante y sistemática de los derechos humanos de los cubanos, de ciudadanos de terceros países y de los propios norteamericanos.
Tal política califica como crimen internacional de genocidio, según lo definido en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, que aprobó la Asamblea General de las Naciones Unidas el nueve de diciembre de 1948.
En el reciente debate de alto nivel de la Asamblea General de la ONU, celebrado del 24 de septiembre al primero de octubre, el tema del cerco estadounidense y su rechazo internacional volvió a estar entre los más abordados por presidentes, jefes de Estado y cancilleres.
Cerca de medio centenar de mandatarios se refirieron en esa ocasión al bloqueo, con calificativos de “genocidio”, “ilegal”, “injusto” y “reliquia de la guerra fría”, entre otros.
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